Allá por San Rafael casa vieja, patio de tierra, es el comienzo de la célebre Cueca la que hace honor al departamento Sureño de la Provincia de Mendoza, ciudad en la que el vino y el sol son los protagonistas.
San Rafael es como tener un pie en el paraíso con una belleza natural sorprendente, la cordillera de los Andes, viñedos, ríos, lagos hacen la delicia de los visitantes, el clima es de inviernos cortos pero muy fríos y veranos largos. El Zonda un viento que sopla seco y caliente hace su presencia de vez en cuando, siempre sale el sol, llueve escasos 15 días al año, con tormentas eléctricas que dejan caer granizo del tamaño de una pelota de golf.
Ciudad que fue fundada hace 200 años entre los ríos Atuel y Diamante por inmigrantes Españoles, Italianos, Franceses, Alemanes, Sirios, Libaneses y de Europa del este, que formaban colonias y trabajaban la tierra con plantaciones de viñedos, frutales y ganadería.
En la actualidad es uno de los destinos turísticos más importante de Argentina, cuenta con una población de aproximadamente 150 mil habitantes, los lugareños son de trato pausado y muy cordiales, sus calles son grandes con inmensos árboles que protegen al viandante de los rayos del sol, casas bajas y las singulares acequias por donde descienden las cristalinas aguas del deshielo de los Andes.
La vida de los Sanrafaelinos transcurre de manera armónica y siempre ligada al vino, todo está relacionado en torno al vino y a los viñateros (viticultores). Hasta hace poco tiempo en las casas se elaboraba vino de manera artesanal llamado éste “vino Patero” un vino afrutado con poco alcohol y sin madera para consumo propio.
Cada año se celebra la fiesta de la vendimia en la que cada distrito elige su reina que por un año será la representante de su localidad. Se hace un carrusel por las calles más céntricas y bendicen los frutos, de esta manera los habitantes agradecen la cosecha a la virgen de la Carrodilla patrona de los viñedos. Posteriormente culmina con la gran fiesta en la Capital con las representantes de todos los departamentos de Mendoza. Con esta festividad se pone en valor el esfuerzo de los viñateros y la trasformación de la uva en vino, fiesta que en el año 2011, el “National Geographic” nombró como la segunda fiesta más importante de la cosecha del mundo detrás del día de acción de gracias.
El vino por estas tierras lo representa todo se vive de manera muy intensa, representa ilusión, esperanza y sobre todo vida.
En San Rafael se cultivan casi todas las variedades del mundo. Los primeros colonos plantaban cepas de sus pueblos natales, algo parecido pasaba en las plazas de los pueblos con una gran diversidad de colorido de plantas los inmigrantes querían tener algo representativo de sus países de origen, aunque en las últimas décadas se ha ido centrando en las cepas que tienen una buena adaptación al clima como son las variedades de: Bonarda, Malbec y Torrontés con ellas se consiguen vinos muy distintivos.
Desde el punto de vista enológico lo tiene todo para hacer buenos vinos, viñedos en altura, buenos cambios de temperaturas entre la noche y el día, los dos grandes ríos Atuel y Diamante que son los proveedores de agua, además de funcionar como reguladores de la temperatura y como canales de corrientes oceánicas. Muchas horas de sol y diferentes suelos. Y lo más importante la sabiduría de los abuelos inmigrantes y el respeto que se tiene al vino.
San Rafael fue una de las primeras regiones mendocinas en ser reconocidas como gran productora de “vinos finos” que se llamaban así por antaño cuando era vino de calidad.
Hoy conviven bodegas centenarias como Goyenechea, La Abeja, Alfredo Roca, Jean Rivier, Lavaque y la inmensa Valentin Bianchi que elabora multitud de etiquetas.También destacan Bodega Algodón Wine, Bodega Argenceres, Bodega Marco Zunino y un gran movimiento de pequeños productores que hay que tener muy en cuenta como el del Enólogo Leo Borsi, Fabricio Orlando, Santiago Salgado y sus vinos Finca las Payas , Bodega Punto de Quiebre y Bodega de la Familia Camargo…
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